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Iberdrola seguirá apostando por innovar, por la última tecnología y por los avances digitales
Esta compañía prevé superar los 4.000 millones de euros de inversión en actividades de I+D+i para 2030
Hoy nadie duda de que la transición energética y la digital están unidas. Las vincula un cordón umbilical invisible para poder afrontar la revolución que estamos viviendo de manera sostenible, con renovables y cuidando los recursos naturales. De todo ello y mucho más Iberdrola ha hablado en su ‘Digital Summit 2024’, que cumplió nada menos que diez años de andadura en la empresa.
En este encuentro, la compañía aprovechó para ponerse al día de las tendencias, pero también para conocer a fondo su innovación, una de sus señas de identidad. Impulsar la digitalización es clave para el mundo actual e Iberdrola invirtió 290 millones de euros el pasado año para potenciarla en todas sus actividades.
Con estos mimbres, el futuro se presenta prometedor. Lo que Iberdrola tiene claro es que no se conforma y seguirá apostando por innovar, por la última tecnología y por los avances digitales para ser protagonistas de esta nueva era digital.
«De la misma manera que fuimos pioneros hace décadas en la apuesta por las energías renovables, lo hemos sido también en la digitalización de las redes eléctricas y ahora lo estamos siendo en la utilización de la inteligencia artificial y el big data. Y ahora que estamos inmersos en un proceso imparable de electrificación en todo el mundo tenemos que invertir aún más en infraestructura digital y apoyar la innovación y la adopción de estas nuevas tecnologías para cubrir cada vez más usos energéticos de millones de consumidores, siempre con los más elevados estándares de ciberseguridad», ha destacado Ignacio Galán, presidente de la compañía.
Acelerar el proceso de descarbonización y digitalización, en línea con la hoja de ruta de la Unión Europea, es el único camino posible hacia la recuperación verde y resiliente de la economía.
Las ventajas de la digitalización las encontramos en situaciones climáticas extremas como Filomena –con el 70% de las incidencias resueltas en menos de 30 minutos–, la Dana –pese a las enormes dificultades, Iberdrola tuvo la capacidad de restaurar prácticamente todo el suministro eléctrico en menos de 72 horas– o en crisis como el confinamiento sufrido con motivo de la COVID-19. Las inversiones realizadas en el despliegue de infraestructuras como las redes eléctricas inteligentes durante los últimos años han permitido mantener un funcionamiento óptimo de las operaciones, garantizar el suministro, reforzar servicios críticos, dotar de continuidad a multitud de proyectos y, en definitiva, demostrar normalidad en un contexto extraordinario.
Estos procesos de transformación digital de empresas, procesos y activos solo pueden ser exitosos acompañados de los necesarios cambios culturales y el despliegue de nuevas formas de trabajar y nuevas herramientas. Así como con la incorporación de nuevos perfiles de profesionales o la recapacitación de los existentes.
En Iberdrola, la transformación digital es estratégica para el negocio, lleva décadas desarrollándose, en muchos casos de forma pionera, pero continúa sintiendo una prioridad. Para consolidarla, la compañía maximiza el uso de la tecnología mejorando procesos, potenciando la productividad a los activos y obteniendo más eficiencia de todas las actividades.
Iberdrola, que es la ‘utility’ privada del mundo que más invierte en I+D+i, ha destinado 2.000 millones de euros en la última década y prevé superar los 4.000 millones de euros de inversión en actividades de Innovación, Desarrollo e Investigación para 2030, duplicando así al final de la década su inversión en esta área.
La compañía gestiona digitalmente desde hace años sus activos de generación eléctrica y ha transformado sus redes en inteligentes con herramientas digitales e inteligencia artificial. De hecho, aplica las últimas tecnologías en todas sus actividades: Blockchain para operaciones de trading de energía o certificados de origen de energía ‘verde’; Robots y drones para dar soporte en actuaciones de riesgo o en ubicaciones de difícil acceso para la inspección de palas en parques eólicos; Realidad virtual y realidad aumentada en actividades de formación y actuaciones sobre el terreno, en líneas eléctricas e infraestructuras; Internet de las cosas, aplicado a iniciativas como el Smart Home de Iberdrola; Gemelos digitales, con los que se realiza la recreación virtual de productos y servicios que permiten a la compañía anticipar y solventar de forma prematura incidencias futuras; Big data y analítica, con los que desarrolla, por ejemplo, avanzados sistemas de predicción de vientos o detecta fraude eléctrico, e Inteligencia artificial y ‘machine learning’ con los que aplica algoritmos a diferentes procesos, como la identificación de anomalías en plantas fotovoltaicas o la personalización de ofertas personalizadas a diferentes perfiles de cliente.
La digitalización gana cada vez más protagonismo en el sector energético y es la clave de la integración de la eficiencia energética. Un conjunto de nuevas tecnologías digitales que se desarrollan en el presente contribuirá a acelerar la expansión de las energías renovables en el futuro, recopilando y analizando ingentes cantidades de datos para hacer el sistema más eficiente y libre de emisiones de carbono.
La innovación garantiza la sostenibilidad, la eficiencia y la competitividad en la expansión de las energías renovables, fundamentales para alcanzar la transición energética.
«Necesitamos ser eficientes en todo el proceso de puesta en marcha de una instalación de energía renovable. En Iberdrola contamos con diversos proyectos para impulsar la digitalización». Uno de ellos es precisamente PERSEO, que tiene como objetivo acceder a la innovación externa e integrar nuevas tecnologías en la producción energética de la compañía. «Las start-ups son una piedra angular en materia de energías renovables», subraya el presidente. El programa ha invertido más de 125 millones de euros en innovación.
La digitalización ya se aplica en diferentes ámbitos de la compañía. Por ejemplo, Iberdrola cuenta con MeteoFlow, un sistema integrado para la predicción metereológica en instalaciones renovables. También dispone de Centros de Operación de Renovables (CORE), que son las plataformas centralizadas desde las que opera y controla sus instalaciones.
Es importante que el sector energético invierta en innovación, pero las administraciones también tienen el deber de acelerar la adopción de tecnologías digitales por parte de los consumidores.
Iberdrola lleva más de 15 años innovando en el sector energético de la mano de su programa de start-ups, PERSEO, que ha destinado más de 125 millones de euros para apoyar a los mejores emprendedores y negocios industriales a nivel mundial que contribuyan a acelerar la descarbonización y electrificación de la economía.
En el ecosistema del programa se hallan más de 7.500 start-ups, entre ellas unicornios –empresas valoradas en más de 1.000 millones de dólares–.
Iberdrola revalida su liderazgo innovador y renovable en Castilla y León, que se consolida como un centro relevante de desarrollos de energía limpia en el ciclo inversor de la compañía a 2025, donde opera ya más de 6.000 megavatios (MW), situándola como la comunidad autónoma con más megavatios ‘verdes’ instalados por la compañía. Además, promueve las energías renovables como motor de desarrollo rural y de esta manera los pueblos emergen como garantía de futuro contribuyendo a una recuperación sostenible, permitiendo crear empleo local.
Iberdrola se encuentra inmersa en la construcción del parque eólico Iglesias y ha puesto en marcha recientemente Buniel (104 MW), el parque eólico más potente de Iberdrola en España hasta la fecha –cuyas palas tienen una longitud de más de 70 metros y la altura de los aerogeneradores duplica la de la Catedral de Burgos, genera energía limpia suficiente para abastecer a una población equivalente de 70.000 hogares al año y evitará la emisión a la atmósfera de 39.000 toneladas de CO2 anuales. Cada maquina tiene una potencia unitaria de 5,2 MW, más de siete veces superior a la de los primeros aerogeneradores instalados en nuestro país hace más de dos décadas–. Solo en la provincia de Burgos la compañía ha construido recientemente o desarrolla más de 650 megavatios entre ocho parques eólicos.
En la actualidad, Iberdrola está inmersa en la puesta en marcha de dos instalaciones fotovoltaicas en la comunidad que suman 400 MW –Velilla y Virgen de Areños III–. Asimismo, en la provincia burgalesa puso en marcha su primera planta fotovoltaica de la región –Revilla-Vallejera (50 MW)– y ha finalizado la construcción de la primera planta fotovoltaica híbrida eólica y solar de España. Además, la planta fotovoltaica Villarino (50 MW) en Salamanca ya se encuentra a pleno rendimiento y tras la obtención de luz verde ambiental, avanza a buen ritmo la construcción del proyecto fotovoltaico de Ciudad Rodrigo.
Iberdrola está promoviendo en sus proyectos renovables soluciones que favorecen la convivencia con distintas actividades relacionadas con la agricultura, la ganadería o la horticultura, mejorando la eficiencia y competitividad de las instalaciones, el aprovechamiento del terreno y la defensa de la biodiversidad.
Iberdrola está comprometida con un modelo energético sostenible en armonía con la naturaleza y las personas. Este modelo se sustenta en dos objetivos principales: lograr cero emisiones netas en todos los alcances antes de 2040 y tener un impacto neto positivo en la biodiversidad para 2030.
La compañía ha puesto en marcha el Programa Convive que incluye multitud de medidas para que las instalaciones renovables sean plenamente compatibles con la biodiversidad, la agricultura, la ganadería o incluso la apicultura. Por ejemplo, algunas instalaciones fotovoltaicas se han convertido en verdaderos refugios de biodiversidad, que han permitido incluso a especies amenazadas encontrar un espacio adecuado para vivir (ej. libre de pesticidas y de perturbaciones).
Además, en la planta burgalesa Revilla Vallejera que ha sido reconocida recientemente, 600 ovejas pastan a diario en el recinto de esta instalación, claro ejemplo de integración entre renovables, naturaleza y economía local, el «pastoreo solar» beneficia a los ganaderos, que ganan nuevos espacios para su actividad; es positivo para la planta, ya que asegura el mantenimiento ecológico del terreno y reduce el riesgo de incendios; y beneficia a los animales que, además del acceso a la comida, encuentran en los paneles solares protección contra el sol, la lluvia y el viento.
En Castilla y León, i-DE, la distribuidora de Iberdrola, volvió a cerrar el pasado ejercicio con los mejores valores de calidad de suministro eléctrico. La compañía gestiona más de 50.000 kilómetros de líneas eléctricas y cuenta con 15.754 centros de transformación en servicio y 249 subestaciones.
La distribuidora de Iberdrola posee en la región una red moderna, digitalizada y preparada para atender las necesidades y retos que plantea la electrificación de la economía y ofrecer un mejor servicio al ciudadano para avanzar hacia una economía más sostenible, competitiva y resiliente.