La Feria del Comercio Segoviano convierte la Plaza Mayor en un monumental «escaparate»

Hasta las nueve de la noche, hora prevista para el cierre, los visitantes tienen donde elegir. Encontrarán tiendas de ropa; de juguetes infantiles y libros; de artesanía de cuero; complementos de joyería y bisutería; decoración; embutidos y quesos; miel; camisetas y bolsas de tela realizadas en un taller segoviano «con amor»; cosmética, aceites y productos de higiene naturales; repostería; muñecas hechas a mano, o todo lo necesario para vestir el hogar.

Bendecidos por el tiempo, los tenderos, muchos de ellos artesanos que manufacturan la exclusividad de sus artículos, han desplegado su género en los puestos. Unos más holgados y otros más reducidos. En cualquier caso, «solo el hecho de salir a la calle supone un esfuerzo de logística», matiza García, quien alaba el «cuidado y el mimo» con el que cada comerciante de Segovia trata su género para brindarlo al cliente en su plenitud de calidad. «Es la fortaleza del pequeño comercio», aplaude el presidente de Fecose.

El evento «no es un supermercado al aire libre, no es un centro comercial en la calle, y tampoco es un mercadillo; es una feria de comercio pura y dura». Alberto García destaca «la profesionalidad y la calidad» que brindan los participantes al público, lo que supone una garantía frente a otras propuestas.

Por experiencia propia, sabe que en estas ferias se ganan clientes locales, pero también de fuera de las fronteras provinciales. Otro aliciente para que la cita cotice al alza y genere un interés creciente a uno y al otro del mostrador. Se habían cedido treinta carpas para la cita en la Plaza Mayor, que se afianza como el lugar idóneo para la celebración de la feria, y se han ocupado veintinueve. Además de nuevas vías de comercialización, la proximidad al público puede sembrar una nueva demanda, máxime cuando en días como este sábado la enorme afluencia de turistas que recibe Segovia se encuentra con los expositores en una de las rutas más visitadas de la capital como es la que conecta el Acueducto con el Alcázar previo paso por la Plaza Mayor.

Uno de los valores que el presidente de Fecose concede a la feria es el de dar a conocer el género que se trabaja y que a lo largo de año está encerrado en la tienda. «Muchas veces la gente no sabe lo que ofreces», comenta. Eso sí, también llama la atención sobre la necesidad del comercio minorista de avanzar en la digitalización, tanto a la hora de enseñar lo que se hace como al crear nuevos canales de venta 'on-line'.

Al acceder a la presidencia de Fecose, uno de los desafíos que se ha fijado es «llegar a municipios pequeños donde no hay prácticamente nada para insuflar actividad y no se terminen muriendo», afirma Alberto García.