Rusia investiga como terrorismo el colapso de dos puentes que ha causado 7 muertos y casi 70 heridos

Según el gobernador de Briansk, Alexánder Bogomaz, las víctimas -de las que medio centenar tuvo que ser hospitalizada- se produjeron al descarrilar el convoy tras la explosión y la destrucción del puente. Según los datos que maneja, entre los heridos hay tres niños, uno de ellos en estado grave. El viaducto situado en el distrito Vigonichski de esta región, dijo, «fue volado mientras el tren Klímovo-Moscú se desplazaba con 388 pasajeros en su interior, de los que siete perdieron la vida».

Por su parte, el gobernador interino de Kursk, Alexánder Jinstéin, informó del descarrilamiento de otro tren, esta vez de mercancías, también a causa del derrumbamiento en su región de otro puente, en el distrito de Zheleznogorsk. Según las fotos difundidas en las redes sociales, una de las dos secciones del convoy se precipitó al vacío y uno de los maquinistas resultó herido. En este caso no se han registrado víctimas mortales. «El tren circulaba en el tramo entre las localidades de Trosna y Kalinovka (…) parte de la locomotora cayó sobre una carretera debajo del puente y se incendió», detalló. «El equipo de maquinistas fue trasladado a un hospital local», añadió.

La mayor parte de las informaciones apunta a la colocación de artefactos explosivos en los pilares de los puentes derruidos, pero también se especula con que pudieron ser misiles ucranianos. Kiev no ha reivindicado lo sucedido en Briansk y Kursk, pero el senador ruso Andréi Klishas da por hecho en su canal de Telegram, sin aportar ninguna prueba, que detrás está Ucrania, país que, según escribe en esta plataforma, «perdió hace tiempo sus atributos de Estado y se ha convertido en un enclave terrorista».

El Comité de Instrucción de Rusia (SK en sus siglas en ruso) ha abierto una causa criminal por «terrorismo». Su portavoz, Svetlana Petrenko, ha asegurado este domingo en un comunicado que «los puentes fueron volados». Mientras tanto, los medios de comunicación ucranianos informan de un «ataque masivo con drones» rusos disparados en la mañana contra la ciudad de Zaporiyia sin víctimas morales, pero con numerosos heridos.

Lo que sí ha reivindicado la Dirección General de Inteligencia de Ucrania (GUR) ha sido el ataque contra un tren ruso de mercancías, también en la noche del sábado, en la localidad de Yakimovka, cerca de la ciudad de Melitópol, en la parte de la región de Zaporiyia bajo control de Rusia. La GUR sostiene en su canal de Telegram que se trataba de un convoy militar con destino a Crimea y precisa que, «como resultado de la explosión, con sus cisternas de combustible y vagones de mercancías, descarriló (…) una arteria logística clave del ejército ruso en los territorios ocupados de Zaporiyia y Crimea ha quedado cortada».

Se da la circunstancia de que Rusia ha convocado a Ucrania este lunes a una segunda ronda de contactos en Estambul para avanzar hacia el cese de las hostilidades. El Kremlin se propone entregar a los negociadores ucranianos su hoja de ruta o memorándum de las condiciones exigidas para un alto el fuego precisamente en la ciudad turca y no antes. Sin embargo, Kiev ha solicitado a Moscú el documento con antelación para poder estudiarlo, recibiendo el rechazo como respuesta. De ahí que la reunión esté todavía en el aire.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, se quejó este sábado diciendo que «hasta el momento, no hay información clara sobre qué planean exactamente los rusos traer a Estambul. Nosotros no la tenemos, Turquía no la tiene, Estados Unidos tampoco, ni tampoco otros socios. A estas alturas, la cosa no parece nada seria». Según sus palabras, «todo el mundo quiere que la diplomacia funcione y que se logre un alto el fuego real. Todos quieren una paz seria, y Rusia debe estar de acuerdo. Ese debería ser el orden del día de las reuniones. Nosotros ya hemos presentado nuestra propuesta».