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Greygorii Zvirhzde, el chef ucraniano que logró meterse entre los 16 finalistas del Mundial de Tapas de Valladolid de 2021, perdió la vida el pasado ... miércoles durante un bombardeo ruso en la localidad de Jersón.
Greygorii Zvirhzde deja dos hijos pequeños: Leo, de 5 años, y Alice, de 4. Ambos viajaron a España junto a su madre cuando estalló la guerra. Greygorii, de 32 años y oriundo de Odesa, se quedó en su país tras la invasión rusa y servía en la 34ª Brigada Independiente de Defensa Costera de las Fuerzas Armadas de Ucrania. Antes de que estallara la guerra, este joven solo soñaba con triunfar en el mundo de la hostelería y tenía visos de llegar a hacerlo. Prueba de ello es que fue elegido entre los 16 finalistas del Mundial de tapas entre 123 aspirantes y su participación dejó un excelente recuerdo en el director técnico del concurso, Ángel Moretón. «Presentó un plato frío, que era un rollito con una vieira, que la verdad es que estaba muy bien. Era muy bueno el chaval, apuntaba muy buenas maneras y, como no ganó, quería volver para poder ganar», apunta Moretón, que había seguido manteniendo contacto con Greygorii, al que la guerra le cambió las prioridades. «Por desgracia, a los pocos meses me dijo que pensaba que jamás podría volver a ser cocinero y no se equivocó», añade.
Greygorii Zvirhzde trabajaba como chef en uno de los restaurantes más importantes de la localidad ucraniana de Odesa y soñaba con triunfar a nivel internacional entre los fogones. Nació en 1992 en esa misma ciudad y allí se formó como chef desde muy pequeño. Mientras aún estaba en la escuela, se puso a trabajar como ayudante de cocina a los 15 años. Desde entonces, se volcó en su pasión. Tras graduarse en 2008, ingresó en la universidad de cocina y trabajó al mismo tiempo con el único objetivo de poder triunfar en un lugar que le apasionaba: entre los fogones.
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Pero la invasión rusa a su país hizo trizas sus sueños, su familia se vio obligada a huir de la guerra para recalar en España y él tuvo que cambiar la cocina por las armas. Greygorii pudo salir de su país durante la guerra en alguna ocasión para ver a su familia, pero pronto regresó, tal y como relata Ángel Moretón. «En estos cuatro años ha venido un par de veces porque le dieron permiso para venir a ver a su familia. La última fue el año pasado. Estuvo primero en la Marina y luego ha estado de piloto de drones», señala el director técnico del concurso, que ha ayudado a Greygorii y a su familia en lo que buenamente ha podido y que se encuentra muy afectado por el trágico final en el frente de una persona llamada a triunfar en el mundo gastronómico. «Cuesta asumirlo. Sabíamos que estaba en primera línea del frente, por lo poco que podía contarnos, pero pensábamos que todo terminaría pronto y podría regresar para juntarse con su familia y volver a la cocina en Odesa o en España. Siempre confiamos en que todo pudiera acabar bien», concluye Moretón con pesar.
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