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La pesquera del Puente Mayor es uno de los puntos más peligrosos, por su concurrencia con una zona caliente de ocio, apuntan desde el Grupo de Salvamento y Rescate. Rodrigo Jiménez

Valladolid

Al menos 43 personas han sido rescatadas con vida del Pisuerga desde 2018

El número de fallecidos supera la decena y los rescatistas que actúan en el medio acuático apuntan a que más del 90 por ciento de los ahogamientos se producen por querer nadar a contracorriente y por el desconocimiento del medio

Domingo, 8 de junio 2025, 08:18

Los únicos datos oficiales que permiten radiografiar parcialmente los peligros del río Pisuerga son los del Servicios de Extinción de Incendios y Protección Civil del Ayuntamiento de Valladolid, que elabora el histórico de los salvamentos efectuados en las aguas fluviales desde 2018. En estos siete años los Bomberos del Ayuntamiento de Valladolid han rescatado con vida del cauce del río a 43 personas, mientras que se han recuperado los cuerpos de una decena de víctimas mortales.

Son cifras parciales, sobre todo en cuanto al número de fallecidos, ya que solo durante este primer semestre de 2025 sus aguas se han cobrado cinco víctimas mortales, dos de ellas en menos de quince días. El cadáver de un pescador de 68 años, al que se le había perdido la pista días antes en la pesquera que separa los términos de Arroyo y Valladolid, fue localizado el pasado sábado 24 de mayo a escasos metros del lugar por agentes de la Policía Nacional y del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil, que rastreaban la lámina de agua, con la colaboración de los voluntarios del Grupo de Salvamento y Rescate de Castilla y León.

Precisamente sus buzos fueron quienes una semana más tarde, seís días atrás, recuperaban los restos mortales del joven refugiado sirio de 20 años, que pereció ahogado mientras disfrutaba de una tarde de baño en la zona del embarcadero próximo al puente de Condesa Eylo, en La Rondilla. Un repaso somero a la hemeroteca de sucesos registrados en el Pisuerga permite elevar la cifra a, al menos, 16 fallecidos en solo cinco años, desde 2020. El baile de cifras se explica precísamente por la diversidad de unidades de rescate que actúan habitualmente en el Pisuerga, en función de la jurisdicción, la urgencia y la disposición de medios.

Bomberos del Ayuntamiento de Valladolid durante un entrenamiento del área de Salvamento Acuático, en el embarcadero del Museo de la Ciencia. Rodrigo Jiménez

«Hay dos procedimientos en función del estado de las víctimas. Si la persona está viva, salimos dos dotaciones, una al punto donde se haya visto a la víctima si hay testigos y otra hacia uno de los tres embarcaderos oficiales desde los que operamos, el más cercano», explica José María, Ovejero, coordinador del Área de Formación de Salvamento Acuático de los Bomberos, sobre el proceder del cuerpo ante un aviso de rescate.

Lo cuenta mientras instruye desde el embarcadero del Museo de la Ciencia a las nuevas incorporaciones sobre el manejo de las embarcaciones en un medio acuático que poco tienen que ver con las sosegadas piscinas donde habitualmente ponen en práctica las técnicas de rescate «cuerpo a cuerpo». El objetivo es, que cuando suena la campana, esten en tiempo récord en cualquiera de los puntos del tramo urbano del río, que transcurre desde la central eléctrica del Puente de Cabildo hasta la pesquera del hotel AC.

«Nosotros como servicio de Bomberos actuamos en rescate en superficie. Lo que hacemos es un vadeo, peinando ambas laderas, bien con embarcación o bien a pie si las condiciones nos lo permiten. Todo esto coordinado con los diferentes cuerpos de seguridad», explica sobre la forma de proceder ante un rescate. El objetivo es confirmar o descartar que se trate de una «víctima sumergida». Si el resultado es negativo, entran en acción los equipos subacuáticos, organismos como «el Grupo de Salvamento y Rescate (GSR), los GEAS de la Guardia Civil o la división específica de Policía Nacional».

Dado que la Guardia Civil carece de competencias en el tramo urbano y que la Policía Nacional no dispone de división específica de rescates acuáticos en Valladolid, quienes acuden más asiduamente para recuperar víctimas del fondo del río son los buzos de los GSR, una asociación de buceadores profesionales que se prestan voluntarios para devolver a las familias de las víctimas un poco de paz ante un suceso de estas características.

Carlos Díez, Pau Fernández y Rubén de Miguel, buzos del Grupo de Salvamento y Rescat de Castilla y León. Rodrigo Jiménez

Sus orígenes, que se remontan a hace 41 años, están ligados a los socorristas de las antiguas piscinas de Samoa, que convivía con la piscina deportiva de la playa de las Moreras. «Era gente que ya empezaba el buceo y claro, cuando se caía un coche y se ahogaba gente dentro alguien tenía que entrar a sacarlo y no había nadie más, surgió de esa necesidad», explica Carlos Diez, vicepresidente de la asociación, que mantiene convenios con el Ayuntamiento y Protección Civil de la Junta para la colaboración en rescates y otras labores de vigilancia acuática.

El gráfico muestra el trabajo de un buzo del Grupo de Salvamento y Rescate de Castilla y León que es una asociación sin ánimo de lucro formada por voluntarios especialistas en buceo, salvamento y rescate. En el río Pisuerga de Valladolid

El buzo en el río

El Grupo de Salvamento y Rescate de Castilla y León es una asociación sin ánimo de lucro, formada por voluntarios especialistas en buceo, salvamento y rescate.

 

La mayoría de los objetos que caen al río van al fondo, el trabajo consiste en escudriñar el lecho del río palpando todo lo que entra en el campo de acción del buceador.

El equipo de buceo

Gorro de neopreno

La máscara de buceo incluye una goma flexible para tapar la nariz

Botellas de aire comprimido

Lastre de plomo

Chaleco tipo jacket para ajustar la flotabilidad. Porta las botellas de aire comprimido y se hincha o vacía para permanecer en el fondo o subir

Traje seco de neopreno de 7 mm. Tiene dos válvulas para llenar o expulsar aire para hacerlo más confortable y que no se quede totalmente adherido por la presión

Protecciones

Escarpines para llevar protegidos los pies

El buzo

Válvula de llenado de aire del traje

Válvula de vaciado

Regulador

Guantes estancos fijados con rosca

Bolsillos para guardar objetos

Aletas

El equipo de rescatadores

El equipo básico de rescate bajo el agua debe tener un barquero que dirige la lancha, un ayudante, un buzo preparado y listo por si hace falta y dos buceadores dentro del agua sin atar, de la mano y ayudados con cuerdas guía.

Barquero

Ayudante

Buzo preparado

Basura

Obstáculos naturales

Buceadores

buscando a ras del suelo

Cómo buscan en el río

Las aguas del Pisuerga son muy turbias a su paso por Valladolid, no se ve nada debajo del agua. El equipo debe avanzar sin dejar nada por identificar palpando los objetos que hay en el fondo.

 

Para ello han desarrollado tres métodos principales:

En abanico

Consiste en amarrar un cabo de la cuerda a una orilla del río e ir haciendo círculos por el fondo. Cuando la pareja llega a la orilla deja más cuerda y vuelve a recorrer el fondo.

 

Amarre en tierra

Cuerda

Trayectoriamarcada por la cuerda

1

3

2

Pareja de buzos buscando en el fondo

Desde la lancha se supervisa todo el proceso

En espiral

Consiste en amarrar un cabo de la cuerda a un peso fijo en el lecho del río. Los buzos van describiendo círculos al rededor del punto fijo y van abriendo el radio.

 

Trayectoriamarcada por la cuerda

Desde la lancha se supervisa todo el proceso

Pareja de buzos buscando en el fondo

Cuerda

Amarre en el fondo con una boya en superficie que marca el sitio

Con dos puntos de amarre

De esta forma cubren un espacio de forma muy minuciosa. Son dos amarres en el fondo unidos por una cuerda. Los buzos recorren la cuerda y cuando llegan al final avanzan un par de metros ese amarre. Entonces vuelven a recorrer la cuerda en el sentido contrario hasta que llegan al final y vuelven a mover el amarre. Acaban cuando llegan a la otra orilla.

 

Inicio

Inicio

2 m.

Trayectoriamarcada por las cuerdas

Desde la lancha se supervisa todo el proceso

El gráfico muestra el trabajo de un buzo del Grupo de Salvamento y Rescate de Castilla y León que es una asociación sin ánimo de lucro formada por voluntarios especialistas en buceo, salvamento y rescate. En el río Pisuerga de Valladolid

El buzo en el río

El Grupo de Salvamento y Rescate de Castilla y León es una asociación sin ánimo de lucro, formada por voluntarios especialistas en buceo, salvamento y rescate.

 

La mayoría de los objetos que caen al río van al fondo, el trabajo consiste en escudriñar el lecho del río palpando todo lo que entra en el campo de acción del buceador.

El equipo de buceo

Gorro de neopreno

La máscara de buceo incluye una goma flexible para tapar la nariz

Botellas de aire comprimido

Lastre de plomo

Chaleco tipo jacket para ajustar la flotabilidad. Porta las botellas de aire comprimido y se hincha o vacía para permanecer en el fondo o subir

Traje seco de neopreno de 7 mm. Tiene dos válvulas para llenar o expulsar aire para hacerlo más confortable y que no se quede totalmente adherido por la presión

Protecciones

Escarpines para llevar protegidos los pies

El buzo

Válvula de llenado de aire del traje

Válvula de vaciado

Regulador

Guantes estancos fijados con rosca

Bolsillos para guardar objetos

Aletas

El equipo de rescatadores

El equipo básico de rescate bajo el agua debe tener un barquero que dirige la lancha, un ayudante, un buzo preparado y listo por si hace falta y dos buceadores dentro del agua sin atar, de la mano y ayudados con cuerdas guía.

Barquero

Ayudante

Buzo preparado

Basura

Obstáculos naturales

Buceadores

buscando a ras del suelo

Cómo buscan en el río

Las aguas del Pisuerga son muy turbias a su paso por Valladolid, no se ve nada debajo del agua. El equipo debe avanzar sin dejar nada por identificar palpando los objetos que hay en el fondo.

 

Para ello han desarrollado tres métodos principales:

En abanico

Consiste en amarrar un cabo de la cuerda a una orilla del río e ir haciendo círculos por el fondo. Cuando la pareja llega a la orilla deja más cuerda y vuelve a recorrer el fondo.

 

Amarre en tierra

Cuerda

Trayectoriamarcada por la cuerda

1

3

2

Pareja de buzos buscando en el fondo

Desde la lancha se supervisa todo el proceso

En espiral

Consiste en amarrar un cabo de la cuerda a un peso fijo en el lecho del río. Los buzos van describiendo círculos al rededor del punto fijo y van abriendo el radio.

 

Trayectoriamarcada por la cuerda

Desde la lancha se supervisa todo el proceso

Pareja de buzos buscando en el fondo

Cuerda

Amarre en el fondo con una boya en superficie que marca el sitio

Con dos puntos de amarre

De esta forma cubren un espacio de forma muy minuciosa. Son dos amarres en el fondo unidos por una cuerda. Los buzos recorren la cuerda y cuando llegan al final avanzan un par de metros ese amarre. Entonces vuelven a recorrer la cuerda en el sentido contrario hasta que llegan al final y vuelven a mover el amarre. Acaban cuando llegan a la otra orilla.

 

Inicio

Inicio

2 m.

Trayectoriamarcada por las cuerdas

Desde la lancha se supervisa todo el proceso

El gráfico muestra el trabajo de un buzo del Grupo de Salvamento y Rescate de Castilla y León que es una asociación sin ánimo de lucro formada por voluntarios especialistas en buceo, salvamento y rescate. En el río Pisuerga de Valladolid

El buzo en el río

El Grupo de Salvamento y Rescate de Castilla y León es una asociación sin ánimo de lucro, formada por voluntarios especialistas en buceo, salvamento y rescate.

 

La mayoría de los objetos que caen al río van al fondo, el trabajo consiste en escudriñar el lecho del río palpando todo lo que entra en el campo de acción del buceador.

El equipo de buceo

Gorro de neopreno

Traje seco de neopreno de 7 mm. Tiene dos válvulas para llenar o expulsar aire para hacerlo más confortable y que no se quede totalmente adherido por la presión

La máscara de buceo incluye una goma flexible para tapar la nariz

Protecciones

Botellas de aire comprimido

Escarpines para llevar protegidos los pies

Lastre de plomo

Chaleco tipo jacket para ajustar la flotabilidad. Porta las botellas de aire comprimido y se hincha o vacía para permanecer en el fondo o subir

El buzo

El equipo de rescatadores

El equipo básico de rescate bajo el agua debe tener un barquero que dirige la lancha, un ayudante, un buzo preparado y listo por si hace falta y dos buceadores dentro del agua sin atar, de la mano y ayudados con cuerdas guía.

Válvula de llenado de aire del traje

Válvula de vaciado

Regulador

Barquero

Buzo preparado

Ayudante

Basura

Obstáculos naturales

Guantes estancos fijados con rosca

Buceadores

buscando a ras del suelo

Bolsillos para guardar objetos

Aletas

Cómo buscan en el río

Las aguas del Pisuerga son muy turbias a su paso por Valladolid, no se ve nada debajo del agua. El equipo debe avanzar sin dejar nada por identificar palpando los objetos que hay en el fondo.

 

Para ello han desarrollado tres métodos principales:

En abanico

En espiral

Consiste en amarrar un cabo de la cuerda a una orilla del río e ir haciendo círculos por el fondo. Cuando la pareja llega a la orilla deja más cuerda y vuelve a recorrer el fondo.

Consiste en amarrar un cabo de la cuerda a un peso fijo en el lecho del río. Los buzos van describiendo círculos al rededor del punto fijo y van abriendo el radio.

 

 

Amarre en tierra

Trayectoriamarcada por la cuerda

Desde la lancha se supervisa todo el proceso

Cuerda

Trayectoriamarcada por la cuerda

Pareja de buzos buscando en el fondo

1

3

2

Pareja de buzos buscando en el fondo

Cuerda

Desde la lancha se supervisa todo el proceso

Amarre en el fondo con una boya en superficie que marca el sitio

Con dos puntos de amarre

De esta forma cubren un espacio de forma muy minuciosa. Son dos amarres en el fondo unidos por una cuerda. Los buzos recorren la cuerda y cuando llegan al final avanzan un par de metros ese amarre. Entonces vuelven a recorrer la cuerda en el sentido contrario hasta que llegan al final y vuelven a mover el amarre. Acaban cuando llegan a la otra orilla.

 

Inicio

Inicio

2 m.

Trayectoriamarcada por las cuerdas

Desde la lancha se supervisa todo el proceso

El gráfico muestra el trabajo de un buzo del Grupo de Salvamento y Rescate de Castilla y León que es una asociación sin ánimo de lucro formada por voluntarios especialistas en buceo, salvamento y rescate. En el río Pisuerga de Valladolid

El buzo en el río

El Grupo de Salvamento y Rescate de Castilla y León es una asociación sin ánimo de lucro, formada por voluntarios especialistas en buceo, salvamento y rescate.

 

La mayoría de los objetos que caen al río van al fondo, el trabajo consiste en escudriñar el lecho del río palpando todo lo que entra en el campo de acción del buceador.

El equipo de buceo

Botellas de aire comprimido

Gorro de neopreno

Traje seco de neopreno de 7 mm. Tiene dos válvulas para llenar o expulsar aire para hacerlo más confortable y que no se quede totalmente adherido por la presión

La máscara de buceo incluye una goma flexible para tapar la nariz

Protecciones

Lastre de plomo

Chaleco tipo jacket para ajustar la flotabilidad. Porta las botellas de aire comprimido y se hincha o vacía para permanecer en el fondo o subir

Escarpines para llevar protegidos los pies

El buzo

El equipo de rescatadores

El equipo básico de rescate bajo el agua debe tener un barquero que dirige la lancha, un ayudante, un buzo preparado y listo por si hace falta y dos buceadores dentro del agua sin atar, de la mano y ayudados con cuerdas guía.

Válvula de llenado de aire del traje

Válvula de vaciado

Regulador

Barquero

Buzo preparado

Ayudante

Basura

Obstáculos naturales

Guantes estancos fijados con rosca

Buceadores

buscando a ras del suelo

Bolsillos para guardar objetos

Aletas

Cómo buscan en el río

Las aguas del Pisuerga son muy turbias a su paso por Valladolid, no se ve nada debajo del agua. El equipo debe avanzar sin dejar nada por identificar palpando los objetos que hay en el fondo.

 

Para ello han desarrollado tres métodos principales:

En abanico

En espiral

Con dos puntos de amarre

Consiste en amarrar un cabo de la cuerda a una orilla del río e ir haciendo círculos por el fondo. Cuando la pareja llega a la orilla deja más cuerda y vuelve a recorrer el fondo.

Consiste en amarrar un cabo de la cuerda a un peso fijo en el lecho del río. Los buzos van describiendo círculos al rededor del punto fijo y van abriendo el radio.

De esta forma cubren un espacio de forma muy minuciosa. Son dos amarres en el fondo unidos por una cuerda. Los buzos recorren la cuerda y cuando llegan al final avanzan un par de metros ese amarre. Entonces vuelven a recorrer la cuerda en el sentido contrario hasta que llegan al final y vuelven a mover el amarre. Acaban cuando llegan a la otra orilla.

 

 

Amarre en tierra

Trayectoriamarcada por la cuerda

Desde la lancha se supervisa todo el proceso

Cuerda

Trayectoriamarcada por la cuerda

 

Pareja de buzos buscando en el fondo

1

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Inicio

Pareja de buzos buscando en el fondo

Cuerda

Inicio

Desde la lancha se supervisa todo el proceso

Amarre en el fondo con una boya en superficie que marca el sitio

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Trayectoriamarcada por las cuerdas

Desde la lancha se supervisa todo el proceso

Diez coincide con los Bomberos y con otros buzos conocedores del Pisuerga, como Javier Marqués, en que el mayor peligro es el desconocimiento del medio debido a la presencia de maleza no visible desde superficie y a los cambios de profundidad. Descarta que haya puntos negros, dado que han hecho rescates en todo el tramo del río urbano, aunque sitúa la pesquera del Puente Mayor, próxima a la playa fluvial, como un «sitio peligroso», al concurrir un salto de agua con una «zona caliente» de ocio.

«La gente bebe y no ve los peligros. Se suben a pescar, se bañan. Es un sitio un poco problemático, que no deja de ser un muro de piedra y encima caes en una zona donde el río genera un rebujo en el que parte del agua sigue su curso y otra se mete debajo. Hemos dado alguna formación a Bomberos que nos ha costado sacarlo de ahí. El peligro de resbalarse es grande», advierte Diez, que llama a extremar precauciones. Lo mismo pasa con la pesquera situada a la altura de Simancas en la que fallecía el pescador. «Allí el salto de agua son cinco metros, el móvil lo situaba en medio de la pesquera, donde había un tronco. Está la duda de si se precipitó al intentar esquivarlo o se resbaló, era un pescador experimentado».

Bucear por las cifras para determinar la casuística de tantas actuaciones no resulta fácil, ya que la dirime la investigación posterior, aunque la experiencia permite estimar a los rescatistas que en muchos casos se trata de «intentos autolíticos», apunta Ovejero, en los que a veces media también el consumo de alcohol o de sustancias.

En los incidentes con bañistas implicados, los menos, lo que habitualmente hay detrás de un ahogamiento son nervios y errores ante el desconocimiento del medio, asociados a intentar salir del río por el mismo sitio por el que se ha entrado en un «estado de nervios» propiciado por «estar en un agua en la que no se ve el fondo». «En muchos de los casos en los que hemos recuperado, la gente no consigue volver al punto donde se han tirado porr la corriente, se agobian y acaban ahogándose por pelear contra ella», apuntan. En su lugar, si no se es capaz de vencer la corriente, lo recomendable es «dejarse llevar», hasta llegar a otro embarcadero o elemento al que agarrarse.

José Manuel Sánchez y Julián Porras, Guardia Civil y Cabo Primero del GEAS de Castilla y León. Rodrigo Jiménez

«No es un río que tenga muchos rápidos como lo que vemos en tele, pero una cosa es lo que vemos en superficie y otra lo que está pasando debajo», añade Ovejero, sobre las complicaciones que puede presentar la maleza. El baño en determinadas épocas, en las que la baja temperatura del agua puede suponer una hipotermia mortal. La actual época de deshielo o trombas pluviales como la vivida esta semana, que alteran el cubícaje y las corrientes, son otros dos factores de riesgo, también para los nadadores más experimentados.

Pero también la temporada estival, apuntan desde el GEAS de Castilla y León, que entre todas las actuaciones que llevan cabo allá donde haya una «masa de agua», lo que más realizan son búsquedas de personas desaparecidas, pero también rescates en los rios y embalses de la comunidad, cuando reciben la llamada del 112. «Prevemos que la temporada de verano va a haber bastante trabajo», apunta Julian Porras, cabo primero al frente der servicio.

Algo que achacan al aumento de actividades subacuáticas y a las altas temperaturas. «Ahora hay más actividades que antes no se hacían, como el uso de motos de agua o embarcaciones que van en aumento», junto a una «mayor tendencia» al baño en ríos y embalses frente a las piscinas. En estos medios, el mayor riesgo es la práctica de saltos desde grandes alturas. «Solo con el impacto en el agua ya pueden llegar a quedar inconscientes y ahogarse», advierte el experto, que relaciona el aumento de estás prácticas al uso de las redes sociales.

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