La Granja recupera el esplendor del siglo XVIII

Queda inaugurada el verano cultural de La Granja. Como manda la tradición desde hace un cuarto de siglo, aunque por culpa de la pandemia se tuvieron que suprimir dos ediciones, el Mercado Barroco iza el telón de la intensa temporada estival que ha convertido al Real Sitio de San Ildefonso, en la provincia de Segovia, en un lugar de peregrinaje en el centro peninsular, tanto para el turismo nacional como para el procedente de otros países.

La programación encadena a partir de ahora festivales, ciclos, música, danza, teatro, humor, espectáculos acuáticos en escenarios soberanos de otras épocas, rutas por la sierra de Guadarrama y mucha fiesta y jarana cuando estallen las celebraciones en honor a San Luis. Como insiste el alcalde de este municipio segoviano, Samuel Alonso, una apretada agenda «para todos los públicos». Ahí están, por ejemplo, a la vuelta de la esquina, Las Noches Mágicas de La Granja, que este año empezarán el 31 de julio con el concierto de Natalia Lafourcade.

Y esa es la premisa que cumple el Mercado Barroco, que este fin de semana ha soplado veintitrés velas. Desde el viernes hasta entrada la noche de este domingo es un no parar de visitantes infiltrándose y disfrutando, algunos vestidos de época y otros de paisano, de la vida cortesana del siglo XVIII. Es más que una recreación histórica, la ambientación, las calles y fachadas engalanadas y sobre todo los vecinos de todas las edades disfrazados y ataviados como si el tiempo se hubiera parado en la Ilustración hacen del Mercado Barroco de La Granja «un referente nacional e internacional», destaca el regidor.

Este domingo por la tarde aún quedaban citas del apretado programa que constriñe en tres jornadas más de ochenta pases de actividades que se repiten a lo largo de los días: pasacalles de gigantes y musicales, talleres, exhibiciones de cetrería, actuaciones musicales, danza bolera y de minué, charlas, formaciones de combate, desfiles de disfraces y máscaras, visitas a los Jardines Monumentales y las Fuentes del Palacio Real y a la Real Fábrica de Cristales, recitales, el carnaval veneciano, juglares, damiselas, nobles, bufones o el Pequebarroco para los niños...

Desde por la mañana hasta la noche. Sin olvidar los 120 puestos de artesanos de las más diversas manufacturas que despliegan sus creaciones exclusivas para deleite de los sentidos de los visitantes.

Alonso ensalza «la implicación y la participación activa de los vecinos, que incluso va a más, con más jóvenes y niños vestidos de época». También agradece el trabajo de los voluntarios de Protección Civil, de Foro Local, de la Oficina de Turismo y de todo el personal municipal que se afana para que el Mercado Barroco sea un éxito cada edición y todo salga a pedir de boca.

Aunque el Ayuntamiento del Real Sitio de San Ildefonso no ha calculado el impacto económico que reporta este evento, el alcalde llama la atención sobre la gran cantidad de visitantes que atrae. «Miles y miles», apuntaba en la tarde dominical a falta de exprimir las últimas horas del programa. Síntomas de la importancia de la repercusión que poseen los tres días del Mercado Barroco es que «los hoteles del municipio están llenos; las terrazas, llenas; los bares y restaurantes, llenos, y el comercio local también se ve muy favorecido» por la afluencia de turistas que se sumergen en la mimada ambientación, que no solo envuelve y viste la vida cotidiana a lo largo de un fin de semana, sino que es la esencia que insufla calidad y calidez al acontecimiento.

Asimismo, Samuel Alonso percibe que «se está afianzando el público internacional» que acude estos días a ver 'in situ' el espectáculo constante que vibra en las calles y en muchos establecimientos. De hecho, Alonso ha detectado «goteo que va a más» de viajeros orientales. «La fórmula funciona porque hay un público muy diverso», concluye.

El regidor del Real Sitio de San Ildefonso también viene observando en las últimas ediciones una mayor implicación de las generaciones más jóvenes, que también dedican parte del año a diseñar y confeccionar los trajes y vestidos que lucirán en el Mercado Barroco. Son muchos meses de entrega para brillar en los desfiles que se organizan y que son uno de los atractivos más esperados por esas creaciones que portan los cortesanos granjeños.

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